Con origen en el vocablo latino
parallelogrammus, el concepto de
paralelogramo sirve para identificar a un
cuadrilátero donde los lados opuestos resultan paralelos entre sí. Esta
figura geométrica constituye, por lo tanto, un polígono que se compone de 4 lados donde hay dos casos de lados paralelos.
Resulta interesante tener en cuenta que existen distintos tipos de paralelogramos. Los
paralelogramos del grupo de los rectángulos, por ejemplo, son las figuras donde se pueden advertir ángulos internos de 90º. Dentro de este conjunto están incluidos el
cuadrado (donde todos los lados poseen la misma longitud) y el
rectángulo (donde los lados que se oponen entre sí poseen longitud idéntica).
Los
paralelogramos que se consideran como no rectángulos, por otra parte, se caracterizan por tener 2 ángulos interiores agudos y los restantes, obtusos. Esta clasificación incluye al
rombo (cuyos lados comparten una misma
longitud y además cuenta con 2 pares de ángulos idénticos) y al
romboide (con los lados que se oponen de longitud idéntica y 2 pares de ángulos que también son iguales entre sí).
Para calcular el
perímetro
de los paralelogramos se necesita sumar la longitud de todos sus lados.
Esto puede realizarse a través de la siguiente formula:
Lado A x 2 + Lado B x 2.
Por ejemplo: el perímetro de un paralelogramo rectángulo que tenga dos
lados opuestos de 5 centímetros y otros dos lados opuestos de 10
centímetros, se obtendrá ubicando dichos valores en la ecuación antes
planteada, lo que nos dará 5 x 2 + 10 x 2 = 30 centímetros.
Otra fórmula para establecer el perímetro de un paralelogramo es
2 x (Lado A + Lado B). En nuestro ejemplo: 2 x (5 + 10) = 30. Todas estas
fórmulas simplifican, en definitiva, el proceso de sumar los lados que posee cada paralelogramo. Si realizamos la operación
Lado A + Lado A + Lado B + Lado B, el resultado sería el mismo (5 + 5 +10 + 10 = 30).
La llamada
ley del paralelogramo,
por otro lado, define que si se suman las longitudes elevadas al
cuadrado de cada uno de los cuatro lados de un paralelogramo cualquiera,
el resultado que obtendremos será equivalente a sumar los cuadrados de
sus dos diagonales.
Con respecto a sus
propiedades,
resulta necesario contemplarlas en grupos, dado que, como se mencionó
anteriormente, muchas formas de características diferentes son
consideradas paralelogramos. Algunas de las comunes a todos son:
* todos poseen cuatro lados y cuatro vértices, ya que pertenecen al grupo de los cuadriláteros;
* sus lados opuestos nunca se cruzan, dado que siempre son paralelos;
* la longitud de los lados opuestos es siempre la misma;
* sus ángulos opuestos miden lo mismo;
* la suma de dos de sus
vértices, siempre que sean contiguos, da 180°, o sea que son suplementarios;
* los ángulos interiores deben sumar 360°;
* su área debe ser siempre el doble de la de un triángulo construido a partir de sus diagonales;
* todo paralelogramo es convexo;
* sus diagonales deben bisecarse entre sí;
* el punto en el cual se bisecan sus diagonales es el que se considera el centro del paralelogramo;
* su centro es a la vez su baricentro;
* si se traza una recta que cruce su centro el
área del paralelogramo se divide en dos partes idénticas.
Por otro lado, los distintos tipos de paralelogramos pueden presentar
propiedades particulares, que no se apliquen al resto. Por ejemplo:
* un paralelogramo cuadrado puede dar una figura idéntica si
se lo rota en tramos de 90°, lo cual también se puede expresar diciendo
que posee simetría de rotación de orden 4;
* los de tipo romboide, rombo y rectángulo, en cambio, deben ser rotados de a 180° para obtener el mismo resultado;
* un rombo posee 2 ejes de
simetría, que lo cortan uniendo sus vértices opuestos;
* un rectángulo, en cambio, tiene 2 ejes de simetría de reflexión que son perpendiculares a sus lados;
* el cuadrado, finalmente, posee 4 ejes de simetría de reflexión,
que unen cada par de vértices opuestos y que lo cortan por el centro
vertical y horizontalmente.